Si eres de las personas que se preguntan el Por Qué de las cosas y también te encanta la Navidad, esta información te resultará muy, muy interesante.
A pesar de la ausencia de datos verificables, la versión más difundida y aceptada del origen de la tradición de talar y decorar un árbol para celebrar el Nacimiento de Jesús es su comienzo en Europa durante el siglo VIII a causa de una adaptación cultural.
Los pueblos germánicos tenían por costumbre plantar robles y realizar rituales cerca a ellos aludiendo al Yggdrasil, el árbol del mundo en la mitología nórdica.
San Bonifacio, un evangelizador de Alemania durante la época, tomó esa costumbre y la adaptó a las creencias cristianas: en vez del Yggdrasil, el árbol simbolizaría el Nacimiento de Jesús y el roble se cambiaría por un pino que, por ser perenne, representaría el amor de Dios y sería adornado con manzanas y velas.
Las manzanas harían alusión al fruto del pecado original y las tentaciones, mientras que las velas serían la representación de Jesucristo como la luz del mundo.
La difusión de la tradición fue lenta, pues no tuvo mayor relevancia en el mundo hasta que en los siglos XVII y XVIII algunas monarquías europeas comenzaron a adoptar la costumbre, dando inicio a su verdadera expansión.
En el siglo XIX, por ejemplo, llegó a Inglaterra de la mano del Principe Alberto, esposo de la Reina Victoria, quien lo instauró en 1841 en uno de los palacios reales. En España, la princesa Rusa Sofía Troubetzkoy, cónyuge de José Osorio Silva, un influyente marqués, acuño la tradición en 1870 y así, sucesivamente la clase política y dirigente de todas partes del mundo, en especial aquellas influenciadas por el Cristianismo y el Catolicismo, fueron adaptando e incluyendo la tradición como parte de sus celebraciones decembrinas.
En Colombia, no fuimos ajenos a estas transformaciones culturales de las celebraciones navideñas del resto del mundo debido a que estuvimos consagrados oficialmente al catolicismo por la Constitución de 1886.
Así, como sabemos, con el paso del tiempo las manzanas y las velas se transformaron en esferas, luces y otros adornos y el tipo de árbol dejaría de tener importancia, pudiendo ser robles, pinos, abetos o incluso, actualmente, árboles artificiales ¡Cualquiera a gusto de cada familia!